Llevo años intentando perseverar en un itinerario vital sin perder de vista una evolución intelectual que me haga crecer y madurar. A partir de mis  lecturas diarias reflexiono, a partir de mis encuentros diarios, con personas distintas, me confronto, a partir de mis viajes me enriquezco de otras maneras de vivir. Me encanta atravesar murallas, adentrarme en todos los senderos, escudriñar todas las profundidades. Como decían los clásicos  Nihil intentatum, Nada sin intentar. Buscando siempre el asentimiento y no el conflicto, actitud que aprendí de grandes intelectuales que rozaron,  en algún momento, mi existencia y que me mostraron el camino para intentar salvar en la vida cuantos más sueños mejor,  siendo apasionado, testarudo, auténtico explorador de la tierra y del cielo, de la materia y del espíritu.

He aprendido a caminar sin descanso, sin perder la capacidad de mantenerme vivo en relación con mi propio fin,  y en la medida que puedo,  tratar de  sintetizar en cada momento la percepción espiritual y emocional y la pasión científica y racional.  Me permito errar, equivocarme, porque en parte los exploradores y símiles somos seres que nos dejamos, a menudo, las manos entre las espinas con tal de descubrir una flor nueva. Se avanza a intentos, innovando, arriesgando y sabiendo que a otros les corresponderá después poner los carteles indicadores y  la señalética necesaria para no perderse y llegar.  Tuve un gran maestro y tutor en mis años jóvenes  y siempre me decía que en la vida las grandes obras se llevan a cabo no solamente agendo et loquendo sino también patiendo et orando. Creo también que nunca hay que rendirse ni ante retos grandes ni ante pequeños desafíos,  manteniendo siembre el buen sentido, ese que llaman el sentido común. No nos engañemos, las luchas comienzan siempre dentro de uno mismo.

Vivimos tiempos de “ismos”, tiempos en los que parecen imperar los relativismos, los consumismos y, sobre todo, los egoísmos. En el horizonte, los medios de comunicación muestran crisis, muerte y desastres, noticias envueltas en una modernidad desgastada hecha de impulsos instintivos faltos de reflexión. Los mandos del poder prefieren mostrarnos noticias negativas, porque saben que nuestras mentes les prestan más atención, para que vivamos asustados y entretenidos en cosas no trascendentes. Sin embargo, hay otra música que no siempre se quiere escuchar, música en las cosas y en los eres humanos, música en la materia y en el espíritu, música en lo que nos rodea y en lo que vive en nuestro interior. A veces, tengo la sensación de que una lluvia de polvo cubra nuestra sociedad con una tela plomiza, bajo la cual,  todo esfuerzo de vida y de progreso, toda bondad resulta impensable. Aunque  el mal escriba  la historia con trazos gruesos, el bien que es silencioso existe, no es noticia en los telediarios pero florece constantemente en todos los rincones de la Tierra. Es constante y es el motor de la vida. Yo creo en el Bien y espero en el Bien. Alguien dijo que la esperanza del bien es ya un gran bien. Hay que intentar verlo y parte de mi vocación es intentar hacerlo ver.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com