¡Qué panorama! Bono, sin dar más explicaciones, diciendo indignado que «las avispas de la difamación pican en fruto sano»; la tendencia de los especialistas avanzando tasas de paro de entre el 25% y el 30% en España; el tira y afloja entre los ministros y De la Vega por la prometida reducción de altos cargos; una concejal de IU diciendo que «la peor desgracia no es no tener dinero, es votar a la derecha», etc., etc., etc.…
Mejor mirar para arriba.
Hoy la luna está muy bien y alguien me ha dado el gustazo de contarme algunas cosas interesantes sobre su imagen en las distintas civilizaciones. Ahí va, por si os gusta y os relaja como a mí.

Han sido numerosos los nombres que los pueblos del Mediterráneo han dado a la luna a lo largo de la historia. Los cartagineses la llamaron Tanit y la veían como una imagen femenina estilizada entre grupos de estrellas. En Egipto venía nombrada de dos maneras. Hator- Tefnut era vista como una muchacha seductora, cuando la luna estaba llena y se representaba como un león cuando aparecía nueva. De como la llamaban los Sumerios y más tarde los Fenicios, Ishtar, se ha pasado al término sirio Asthat y después Sin, de los árabes nómadas que la adoraban sobre el monte que toma su nombre, Sinaí. También me han dicho que en muchas culturas primitivas se encuentra una relación entre luna, lluvia y mujer, con muchas referencias a la fertilidad femenina y de los campos, idea que se perpetuará en las civilizaciones sucesivas, como demuestra la luna negra de Éfeso, estatua expuesta en los museos capitolinos y cuyos numerosos senos simbolizan la fertilidad de la luna. La tradición oral hebraica, sin embargo, cuenta de una mujer amada por Adán antes que a Eva, cuyo nombre es Lilith, nombre que deriva de las antiguas divinidades mesopotámicas y de la raíz del término “noche”. De hecho los asirios la representaban circundada de animales nocturnos con el apelativo de luna negra.
Y si no es suficiente, siempre se puede leer a Federico García Lorca y su Romancero Gitano, allí nos habla de la luna.

“La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño…”

En una noche como esta, donde todas las noticias son malas, me vienen a la memoria las palabras de Tagore: “la poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos..” Sigo leyendo. No quiero ser ese hombre sordo y bárbaro al que aludía Goethe.

por @mbellido

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