Se llamaba Aitazaz Hassan Bangash y era un chico paquistaní de solo 14 años. El pasado lunes murió a causa de una explosión frente a su escuela mientras intentaba detener el paso a un terrorista suicida y así evitar una masacre. Hoy muchos de sus amigos y gente del lugar lo lloran y al mismo tiempo lo consideran un héroe
Sucedió el lunes pasado y tuvo lugar en el distrito de Hangu en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, situada al noroeste de Pakistán. La reconstrucción del atentado la ponía en pie el primo Aitazaz, Musadiq Ali Bangash, que comentaba a la CNN que estando en la puerta del Colegio, el terrorista suicida que vestía un uniforme de la Escuela los paró para pedirle una supuesta información. Él, su primo y otro chico comenzaron a sospechar enseguida algo extraño en esta persona que era un joven de unos veinte años. Al momento vieron que el joven llevaba un detonador; el primo y otro chico huyen hacia el interior del colegio, Aitizaz, lo desafía y quiere detenerlo, en el forcejeo el terrorista pierde los nervios y hace explotar la bomba. Aitazaz y el terrorista mueren en el acto. «Ha sido un gran sacrificio, que ha salvado la vida a miles de estudiantes, chiítas y sunitas. «Nunca me imaginé que mi primo tendría una muerte tan honrosa como esa. Sacrificó su vida por la humanidad», aseguraba Mutjaba. En el momento del atentado había unos 2 000 alumnos en el colegio.
En 2013 se registraron en Pakistán 1.717 atentados con 2.451 muertos, causando también heridas a 5.438 personas. Violencia sectaria, nacionalista o causada por los talibanes. Otro país que se desangra a causa del peor de los fundamentalismos. Aitazaz ha salvado centenares de personas que habrían incrementado esa triste lista de muertos y heridos. ¿Hasta cuándo tanto dolor?