La vida, a veces, nos regala días vivificantes y plenos de hallazgos. Difícil resulta, al llegar la noche, sentarse delante del ordenador y teclear toda esa vida en una nueva página para compartirla con vosotros, en este cuaderno de bitácoras que Internet me ofrece. ¡Cuanta envidia de quien es capaz de regalar en cada pensamiento escrito un ramillete de poesía!
Tecleando estas líneas también hoy me descubro un humilde “escribiente” que tan sólo anota, sueña y reconoce lo que acontece, quizás haciéndolo rudamente, elementalmente.
Cada articulo que escribo, cuando por la magia de la tecnología se hace visible para la red, se me revela como un recién nacido. Lo vuelvo a leer y siento que ya no me pertenece.
Este blog es memoria de los días. Dicha y dolor traducidos en palabras que como un río conduce los años hasta el mar de lo eterno. Echando la vista atrás en todo lo que he escrito en estos años, encuentro en este diario compartido un cofre que resguarda muchos momentos de vida de los ataques del pícaro olvido. Vale la pena recordar.
En la observación minuciosa que hago de todo lo que acontece a mi alrededor, trato de captar la grandeza del amor cotidiano, ese amor que pasa desapercibido, que no aparece en las noticias del telediario o que, a veces, es humillado porque hoy no está de moda la bondad. Al escribir estos actos de amor minúsculos permito que se arroje sobre ellos la inexorable luz de lo Eterno. La estética de lo sencillo tiene como recompensa la gloria de la ética.
He escrito también mucho sobre arte. En muchos cuadros, esculturas, obras musicales, ballet, que he contemplado en estos años me aguardaban reflexiones, nichos de luz que han renovado mi espíritu y mi intelecto, dejando en mi alma soles definitivos. Son algunas de las impresiones que he tenido hoy releyendo algunos de los artículos que he ido subiendo al blog en estos años. Es una modesta contribución de luz a una sociedad que a menudo vive atormentada por la enrarecida niebla emocional de la tristeza. Me gusta cuando alguien me escribe un comentario, recortando, agregando, embelleciendo o encarándose con lo escrito. Es un incesante diálogo que crece cada día, cada vez que me asomo a esta ventana descubro nuevos ojos inundados de sonrisas. Creo que doy pero en realidad recibo. Misterios de la vida.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com

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