Fort Apache está asediado

Una de las escenas que más me impresionaban de pequeño, en las películas del oeste, era la del asedio de los indios al fuerte.
Hoy día, el fuerte son las familias españolas, y los indios son el paro, las facturas de la electricidad, del agua y de la luz, el colegio de los niños, la hipoteca, la gasolina, y los impuestos. Flechas incendiarias de las que no se sabe cómo defenderse para sobrevivir y llegar a final de mes. Las malas noticias que diariamente aparecen en la prensa y en los telediarios, llenas de desesperanza, son también como lanzas que aumentan el sentimiento de desmoralización en los habitantes del fuerte.
Otra cruda realidad es que los precios, por mucho que se diga, no bajan: entre 2002 y 2007 aumentaron desproporcionadamente y ahora, con la crisis, se han convertido en insoportables, sobre todo para los ancianos con pensiones ridículas y para las familias con varios hijos. La conclusión es que todos somos más pobres porque con los mismos salarios que teníamos hace dos años, hoy tenemos menos poder adquisitivo. Mientras avanzaba la crisis, los ciudadanos lo percibíamos en los bolsillo, estudios y análisis de expertos lo probaban con matemática certeza. Zapatero lo negaba, porque su única preocupación era ganar las elecciones y los compinches mediáticos anestesiaron suficientemente a la población para que volviera a elegirlo. Los españoles no se merecen un presidente que mira solo a mantener el sillón de la Moncloa, dando constantemente la espalda a los ciudadanos. ¿Cuáles son las inquietudes actuales del gobierno? Nadie lo sabe. El que espere brillantes soluciones del Ministerio de Economía o de Trabajo, que espere sentado. En el horizonte solo hay sombras. Hace dos días decía Teresa Fernández de la Vega:»El Gobierno está donde y como hay que estar, a las duras y a las maduras». Vacías suenan estas y otras palabras en boca de estos dirigentes perdidos en una espiral de dudas y conflictos. Malos vientos seguirán soplando para los habitantes del fuerte. El 7º de caballería no llegará a socorrerlos, se ha perdido entre las dunas de un desierto hostil e interminable. ¿Unas elecciones anticipadas podrán poner fin a tantas ansias en las filas del PSOE y a tanto sufrimiento innecesario entre los españoles?
Manuel Bellido