“Mis deseos d recuperación a C Cifuentes. Ponte bien pronto que te queda x ver como España os castiga en las urnas x lo q has hexo a SanidadP” Es el twitter del secretario de Igualdad del PSOE de Marbella, Carlos Suffo,  uno de los tantos que ha ensuciado la red en estos días exhibiendo  animadversión hacia la delegada del gobierno en Madrid ingresada en  estado grave en el Hospital La Paz tras un accidente de tráfico. Otro twitter de uno que se define como de izquierdas y comunista, decía lo siguiente: “No soy creyente, pero ahora mismo rezo para que Cristina Cifuentes muera” Al nefasto twitter de Llamazares: “Mis mejores deseos de recuperación para la Sra. Cifuentes, compatibles con mi peor valoración de la vulneración de derechos en Madrid” le seguían las siguientes respuestas: “@pioeya @llamazares yo pongo el ataúd” “@yassine49its @Gllamazares Ataud? No merecen ser enterrados. Trae pastillas y carbón @ccifuentes” “@pioeya @Gllamazares  @ccifuentes JAJAJA sisis,como minimo” Todas estas personas se definen como auténticamente de izquierdas y revolucionarias. Creo sinceramente que estas personas ensucian a esa parte de la izquierda honrada que es capaz de defender sus ideas sin necesidad de ataques esquizofrénicos como los menos duros que he citado a modo de ejemplo. Da miedo pensar que mucha de esta gentuza esté en política. ¿Qué sería de un país gobernado por personas de tan escasa catadura moral? El odio no es justificable desde el punto de vista racional porque atenta contra la posibilidad de diálogo y construcción común y la política tendría que tener buenas dosis de esos dos elementos.

Está mañana en la frase que comparto en las redes sociales con mis amigos citaba a George Bernard Shaw:El odio es la venganza de un cobarde intimidado”. En el fondo, estas personas que irónicamente atacan, con el solo propósito de hacer daño, demuestran una y otra vez con sus intervenciones que  el odio es la cólera de los débiles. Esta tendencia que tienen algunos que están en política de  aprovechar todas las ocasiones para perjudicar al adversario demuestra la poca capacidad de gobernar las propias pasiones. Uno que no sepa gobernarse a si mismo tiene difícil gobernar a los demás.  Ya lo decía Solón de Atenas: “Aprende a gobernarte a ti mismo antes de gobernar a los otros”.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com