“En esta década, no son las tecnologías en sí las que son históricas, sino la forma en que las aplicamos en nuestra propia vida”

Manuel Bellido:  A usted se la conoce como la Sommelier del Conocimiento, ya que domina disciplinas que van desde la economía, a la energía, la zoología, almacenamiento y seguridad de datos, hasta las tecnologías exponenciales; Desde este observatorio tan amplio, ¿Cómo ve el momento histórico que estamos viviendo?

Kathryn Myronuk: Se me ocurrió la metáfora de “sumiller del conocimiento” para poner de relieve que a mis clientes y colegas les gustaría utilizar la información y el conocimiento que coincide y complementa su trabajo actual. La cantidad de información potencialmente útil puede parecer abrumadora, y me encanta ayudar a la gente a encontrar lo que necesita en ese momento. En mi profesión, he tenido la oportunidad de desarrollar trabajos de investigación y análisis en varias industrias diferentes, lo que me permite descubrir patrones dentro de cada industria, así como tendencias comunes entre las industrias. Una tendencia clave es el crecimiento exponencial de las tecnologías, y esto crea el momento histórico.

En esta década, creo que no son las tecnologías en sí las que son históricas, sino la forma en que las aplicamos en nuestra propia vida. A modo de ejemplo, para mí, los teléfonos celulares por sí mismos no son históricos (los primeros aparecieron  a finales de 1970), sino el hecho de que miles de millones de personas puedan conectarse entre sí en una conversación global es histórico. La existencia de los teléfonos móviles con servicios en la nube, con futuros servicios de traducción, con redes de voluntarios, con contratos autoejecutables con cadenas de bloques habilitados, eso sí es histórico.

Manuel Bellido: ¿Cómo cree que debemos afrontar este tiempo? ¿Será posible desarrollar la mejor versión de nosotros mismos, el mejor uso de nuestro tiempo y aprender del modo más eficaz?

Kathryn Myronuk: Podemos-y debemos- utilizar esta conversación global, esta nueva red, para aprender de los maestros y mentores y convertirnos asimismo en maestros y mentores. Podemos usar estas herramientas para aprender la manera de aprender. En muchos lugares del mundo, aplicamos un enfoque educativo tipo “talla única”. Imagínese, en cambio, que el tipo de personalización que observamos en los deportes (pruebas, equipo, entrenamiento) fuera lo que cada niño y adulto pudiera conseguir en la educación. Y me refiero a todos los adultos. Hoy en día, los adultos que más necesitan clases de recuperación son casi siempre aquellos que disponen de menos tiempo libre, menos dinero, menos energía y menos recursos de la comunidad para conseguir esa educación. Es posible (no inevitable, pero posible) para aquellos adultos que reciban clases de recuperación, que es flexible y personalizada, por lo que si tienen sólo una hora libre a la semana, se les facilite la mejor hora posible. Esta nueva forma de educación no se va a poner en práctica por un grupo de personas de otro grupo, pero puede crearse en conjunto por estudiantes y profesores.

Manuel Bellido: ¿Cuál es el impacto que tendrán los avances tecnológicos en nuestras vidas?

Kathryn Myronuk: Podemos ver un conjunto de cambios en las próximas dos décadas, que podrían cambiar nuestras vidas, al igual que sucedió con la electrificación y los nuevos medios de transporte (trenes, vehículos motorizados) entre 1850 y 1950. Estas tecnologías nos pueden permitir resolver los problemas existentes (tanto en lo social como en lo ambiental, de lo local a escala mundial), pero al mismo tiempo pueden surgir nuevos problemas, tales como el desempleo tecnológico. Ya nos enfrentamos a problemas, los “grandes retos globales”, que sólo pueden ser resueltos por millones o decenas de millones de personas procedentes de todas las clases sociales que reúnan su tiempo y sus ideas. Nuestras tecnologías lo permiten, haciéndolo factible.

Manuel Bellido: ¿Qué opina del internet de las Cosas? (Internet of Things, IoT)

Kathryn Myronuk: Mi colega Paul Saffo ha dicho que “las tecnologías tardan 20 años en convertirse en un éxito de la noche a la mañana”. Veo al IoT como si estuviera en los primeros años de aquellos 20 años, en los que podemos imaginar los beneficios de sensores de amplio uso, económicos y fáciles, pero no podemos citar muchos buenos ejemplos, hasta ahora. En el futuro,  habrá un complejo ecosistema de apoyo para hacer que el flujo de datos sea útil, lo cual no se percibirá como una inundación, del mismo modo que el agua en una tubería tampoco se percibe como una inundación. Esa es la tendencia, pero hoy en día, muchos ejemplos del IoT no dan la sensación de ser convincentes… pero entonces, ¿comprar un coche, (inmediatamente después de que se inventaran) se consideraba convincente, si no había carreteras ni mecánicos?

Manuel Bellido: ¿Es posible que con estos avances desaparezcan oficios o profesiones?

Kathryn Myronuk: Sí, y este tema está en el centro de los debates sobre el desempleo tecnológico, porque hay predicciones sobre la pérdida de puestos de trabajo que la gente quiere conservar, empleos que gustan a las personas (en comparación con los puestos de trabajo que no gustan a las personas) pero que se realizan porque la alternativa es la incapacidad económica para mantenerse uno mismo o incluso mantener a la familia. Como telón de fondo, algunos dirían que esto no ha sido una práctica generalizada todavía. Un reciente estudio de Deloitte sugiere que, en el Reino Unido y Gales, en los últimos 144 años, las nuevas tecnologías no han causado una pérdida neta de puestos de trabajo. En su lugar, la tecnología ha reducido el número de ciertos tipos de puestos de trabajo, a menudo aquellos que entran en la categoría de trabajo “aburrido, repetitivo y peligroso”. (http://www2.deloitte.com /uk/en/pages/finance/articles/technology-and- people.html). He visto ejemplos en áreas en las que he trabajado, como mediciones de eficiencia energética, que solían ser mano de obra intensiva. Ahora, sensores de forma automática e inalámbrica pueden informar de usos de potencia (un caso de uso IoT), y cámaras de infrarrojos pueden descubrir dónde se está perdiendo calor (también un caso de uso IoT). Esto no significa necesariamente que este tipo de trabajo haya desaparecido, pero eso ha cambiado: una persona pasa menos tiempo haciendo mediciones y más tiempo utilizando mediciones. Sin embargo, hay regiones,  industrias y personas que ya están tratando el tema de la interrupción de las tendencias actuales: globalización, o cambios del medio ambiente, por ejemplo. No podemos pasar por alto la posibilidad de cambios generalizados y rápidos que pudieran derivarse de los avances, tanto en robótica como en inteligencia artificial (ellos mismos sometidos a un proceso de aceleración, debido a los avances en otros campos, tales como sensores y redes).

Manuel Bellido: ¿Pueden las nuevas tecnologías profundizar la tendencia y crear nuevas profesiones?

Kathryn Myronuk: Las tecnologías ya están cambiando las profesiones. No sólo tenemos nuevos empleos en nuevas industrias, sino también nuevos puestos de trabajo en industrias antiguas y antiguos puestos de trabajo en nuevas industrias. Sin embargo, de todos los puestos de trabajo en los EE. UU., sólo un pequeño porcentaje corresponde a industrias totalmente nuevas. Señalaría que la mayoría de la planificación federal o regional no se ocupa de industrias completamente nuevas con objeto de crear o mantener una próspera clase media: por lo general, se ocupan de versiones mejoradas de  industrias ya existentes. Si los puestos de trabajo e industrias que se suponen  seguirán existiendo comienzan a desaparecer, debido a la automatización, eso es un problema para el que habrá que estar preparados. Recordemos la cuestión filosófica conocida como el  “barco de Teseo” sobre cómo comparar dos trabajos con el mismo nombre, pero diferentes responsabilidades, salario, y  requisitos educativos. Muchas personas se sorprenden al saber que en los EE. UU., hay casi tantos cajeros de bancos hoy en día como los que había hace unas décadas.

Manuel Bellido: Desde su observatorio, ¿qué recomendaría a los gobiernos para sus planes de empleo?

Kathryn Myronuk: Debo llamar a la posibilidad de automatización generalizada como una especie de “cambio de clima económico”. A diferencia del cambio climático del medio ambiente, no disponemos de décadas de investigación ni de modelos Río de Janeiro y COP21, aún no. Pero igualmente, tenemos una necesidad urgente de prepararnos para ello. El primer paso consiste en reconocer la posibilidad de cambio, la posibilidad de que nuestras suposiciones sobre el trabajo y la economía del siglo XX no funcionen en el siglo XXI (1). El segundo paso consiste en examinar con espíritu crítico nuestros supuestos y modelos, a fin de estar preparados para hacer cambios en caso de necesidad. Los escenarios que construimos, examinamos, y de los que hablamos hoy en día son una forma de seguro. No podemos reconocer las primeras señales de cambio -bueno o malo- si no las buscamos. El tercer paso es empezar a hacer cambios ahora. Todos juntos debemos actuar como una compañía de seguros o un inspector de seguridad, preguntándonos qué podría salir mal y qué, desde un punto de vista realista, podemos impedir o para qué hemos de estar preparados. Se producirán estos cambios económicos, además de todos aquellos experimentados con anterioridad; las complejas interacciones de todos los demás factores reunidos -económico, tecnológico, político, ambiental- representarán más que cualquier otra industria, país, organización o individuo que tratara de resolver por sí solo. Pero, como he dicho antes, trabajar juntos nunca ha sido más fácil.

Manuel Bellido: Todo cambia muy rápidamente. ¿Cómo ve el futuro?

Kathryn Myronuk: Hacia el final de esta década, estaremos en un mundo en el que casi todo el mundo estará conectado, con barreras de distancias y lingüísticas infinitamente más pequeñas de lo que son en la actualidad. Cómo utilizamos esas conexiones será cosa nuestra (nuestra responsabilidad). Veo ejemplos muy próximos en Silicon Valley y en torno al mundo de aquellas personas que utilizan y aplican de modo creativo las nuevas tecnologías  -entiéndase nuevas capacidades- para trabajar sobre nuestros problemas más importantes. Cada verano, en la Singularity University, observo a nuestros participantes, de origen diverso, llegar juntos procedentes de distintos países. Eligen trabajar en problemas que hace un par de décadas podríamos haber pensado que eran competencia exclusiva de gobiernos o grandes organizaciones. Lo que hemos demostrado en la SU se puede aplicar a las actividades de resolución de problemas en todo el mundo. Los gobiernos y las organizaciones deben continuar sus proyectos a gran escala, pero con una actitud  propia del siglo XXI, enfocada hacia la creación, verificación, gestión y determinación del éxito.

Manuel Bellido 

(1) Una analogía medioambiental: en California y el oeste de los EE.UU nos basamos en sistema hídricos, no de lluvia, para proporcionar agua para el riego. Varios estados occidentales decidieron compartir el agua del río Colorado. Por desgracia, esta decisión se tomó basándose en datos de años atrás, cuando el nivel del agua era bastante elevado, muy por encima de la media. No fue un error tomar una decisión en aquel momento (utilizaron los datos que tenían). Fue un gran error no rehacer aquel acuerdo una vez que era obvio que los supuestos originales se habían quedado anticuados.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com