“Hoy día, la CEA gestiona legítimamente los intereses de sus más de 170.000 empresas andaluzas miembro”

Manuel Bellido: En pocos días, la CEA celebrará su Asamblea Ordinaria. Durante la del año pasado, señaló como prioritario generar entornos competitivos que permitan hacer negocio en Andalucía, para hacer viable la fórmula: más empresas, más empleo, más competitividad. ¿Considera que se están cumpliendo estos objetivos?

Javier González de Lara: Considero que vamos por el buen camino, pero todavía estamos en el principio y nos queda mucho que hacer y mucho que recorrer para que esa fórmula de más empresas, más empleo y más competitividad vaya teniendo un resultado óptimo. Ya estamos creciendo en el número de empresas, puesto que en estos dos últimos años, la economía andaluza y también la nacional viven una situación de recuperación económica y empresarial. Por eso ya no se destruyen tantas empresas en Andalucía y el saldo neto es positivo, pues operan 20.000 sociedades más que hace dos años. Se ha conseguido, por tanto, recuperar buena parte del tejido empresarial destruido durante la fase más crítica de la dilatada crisis económica. Sin embargo, este punto de inflexión favorable no es suficiente, pues los efectos perversos de la crisis siguen siendo muy evidentes en nuestra sociedad. No hay que olvidar que desaparecieron unas 50.000 empresas en Andalucía y, como consecuencia, aumentó mucho el desempleo y que aún se visualiza claramente en una demoledora tasa de paro del 28,3%, que se duplica entre los más jóvenes. No obstante, en los tres últimos años, se han creado más de 250.000 empleos netos en nuestra región, pero estamos todavía muy lejos de los objetivos de la Agenda por el Empleo, que se fija como meta la recuperación de 3,2 millones de ocupados en nuestra región para el Horizonte 2020. Por tanto, considero que, además de mejorar nuestro tejido empresarial en dimensión y densidad, habría que añadir a esta fórmula la de la reinvención desde la innovación. Es decir, resulta crucial fomentar el espíritu innovador dentro de la empresa, pues es beneficioso para la motivación de los profesionales y para la mejora de su productividad y de sus condiciones de trabajo. La empresa tiene que asumir una cultura corporativa que apoye la mejora de procesos con la participación de todos. Ante estas nuevas tendencias de la reinvención de la actividad empresarial, creo que es necesario poner el acento en las personas, que son las que, en definitiva, integran a las empresas, y hacer hincapié en su talento; e, igualmente, en la innovación de las ideas, de los procedimientos y, por supuesto, en la mejora del conocimiento, la integración y el liderazgo en la empresa. Los recursos humanos deben ser una fuente constante de transformación empresarial. Actualmente, readaptarse desde la innovación para progresar no es un hecho aislado de una actividad empresarial determinada, ni una tarea exclusiva de los ya tradicionalmente sectores estratégicos como, por ejemplo, el biotecnológico, las TICs, o la actividad energética y aeronáutica, entre otros. Todos los sectores económicos se van sumando, con más o menos intensidad, y también cada vez más empresas a la senda de la innovación y de la adaptación al cambio tecnológico, consustanciales con el siglo XXI.

Manuel Bellido:En el transcurso de la asamblea también se ratificó el Plan de Acción 2016-2017 de la organización. ¿Cree que se han cumplido los retos del plan?

Javier González de Lara: Bajo los eslóganes de ‘Una nueva CEA es posible’ y ‘Una CEA renovada que avanza’ hemos construido una organización nueva, más moderna, más participativa y más transparente, un proceso que iniciamos hace ya tres años. Durante este tiempo, hemos activado todos los mecanismos de gestión de la responsabilidad en la organización. Para ello, hemos modificado los estatutos, aprobado el Código Ético y de Buen Gobierno; hemos creado la Comisión de Buen Gobierno; y hemos profesionalizado nuestra forma de relacionarnos con nuestros proveedores, a través de la aplicación de unas Instrucciones Internas de Contratación, por lo que somos ahora una organización mucho más transparente. Asociativamente, tengo que reconocer especialmente el destacado grado de fidelización de nuestras organizaciones y empresas miembros. Y en esta línea ha resultado también satisfactorio el incremento de la actividad de Consejos y Comisiones, así como de grupos de trabajo específicos, en los que se ha dado una respuesta inmediata y de interés a los principales temas que han sido objeto de análisis y estudio. Igualmente, hemos consolidado la celebración de foros anuales de carácter empresarial, que han permitido abordar monográficamente temas de máximo interés: empleo, competitividad, y este año Digitalización de la empresa, coincidiendo nuestra Asamblea General. En cuanto a la última fase de nuestro Plan Acción, que se aprobó para el 2016-2107, puedo afirmar que se están cumpliendo también nuestros objetivos y que se concretan en el fomento de la creación de empresas y el emprendimiento, en general; en el diseño de medidas de promoción de la internacionalización de la empresa y en profundizar en el diálogo social. Asimismo, se ha reforzado nuestra presencia en la negociación de leyes y planes y se ha contribuido a fortalecer el movimiento asociativo de los autónomos. En este último caso, hemos conseguido, tras una intensa negociación, firmar recientemente un beneficioso acuerdo con ATA, que se integra como socio de pleno derecho en CEA, al reconocerle su legítima y mayoritaria capacidad de representación.

Manuel Bellido: ¿Qué diagnóstico realiza de las empresas andaluzas? ¿Qué necesitan?

Javier González de Lara: Superada la peor parte de la crisis económica, y tras un largo periodo de paralización política e institucional, creo que ahora Andalucía necesita estar más activa. Empresarial, social, política, económica, asociativa y parlamentariamente existen elementos que avalan este planteamiento. Pero esa actividad tiene que traducirse en más competitividad, más empleo, y más y mejores empresas, con mayor número, dimensión y capacidad competitiva. Tenemos que avanzar, por tanto, en la construcción de un tejido empresarial andaluz más denso y más fuerte que, además, pueda asumir de manera decidida los nuevos retos de la economía digital y de la globalización. Necesitamos también que se impulse a la iniciativa privada mediante la generación de un ecosistema favorable a la actividad empresarial y a la inversión. Hay que promover, entre las empresas, el compromiso estratégico con el talento y las personas que las integran para que seamos únicos y diferentes frente a la competencia. Esperamos que se abra un nuevo tiempo para un amplio diálogo político e institucional en el que los agentes económicos y sociales, especialmente las organizaciones empresariales, tenemos mucho que aportar y que decir. Un diálogo que posibilite un consenso lo más extenso posible para poner en marcha importantes reformas pendientes, que son fundamentales para que avancemos hacia un futuro más esperanzador para Andalucía.

Manuel Bellido: En el número de febrero de la revista hablamos sobre la eclosión del mercado de las Ciudades Inteligentes. ¿Considera que el tejido empresarial andaluz está preparado para ello?

Javier González de Lara: Estoy convencido de que las empresas y los profesionales de nuestra región están ya preparados para ofrecer productos, servicios, y experiencias para el desarrollo de las Ciudades Inteligentes. Éste es un fenómeno que es para las empresas tanto un desafío como una oportunidad, porque este modelo de gestión urbana inteligente permitirá que aparezcan nuevos servicios y nuevas posibilidades de negocio para las empresas, que se optimicen o reduzcan los gastos de éstas, y que los tiempos se acorten en favor de una atención más inmediata al ciudadano. Sin duda, la era digital supondrá uno de los retos más importantes e inmediatos para las ciudades y para las empresas, que tendrán que proponer soluciones rápidas y eficaces para este nuevo entorno. En los próximos años, las urbes más avanzadas invertirán sus esfuerzos en ordenar el gran volumen de información urbana existente, y los responsables más exitosos serán aquellos que apuesten por poner en valor la información en pro de su territorio y de una gestión más inteligente, sostenible y transparente. En este sentido, la Confederación de Empresarios de Andalucía está comprometida con diversas actuaciones dirigidas a favorecer la implicación de las empresas en el desarrollo de las Ciudades Inteligentes como por ejemplo, se plasma en nuestra colaboración en las distintas ediciones de ‘Greencities, Foro de Inteligencia y Sostenibilidad Urbana’, que se celebra en Málaga, entre otras convocatorios y foros que promueven la digitalización de las ciudades.

Manuel Bellido: Recientemente, ha firmado con el Gobierno andaluz y los sindicatos el Pacto Andaluz por la Industria, que tiene entre sus objetivos la movilización de 8.000 millones de euros y la recuperación de los niveles de empleo en este sector, previos a la crisis. ¿Qué supondrá para las empresas andaluzas?

Javier González de Lara: Con el Pacto Andaluz por la Industria avalamos una hoja de ruta determinada que consideramos que favorece el desarrollo de un sector que es determinante para nuestro futuro empresarial y económico, como es el industrial. A través de estos acuerdos entre administración y agentes sociales y económicos, nos planteamos como objetivo que se genere un contexto más fluido y favorable para la iniciativa empresarial y se dinamicen diversos sectores de la actividad productiva. Este pacto se suma a otros que hemos realizado en los últimos meses en materia urbanística y también en relación a las cláusulas sociales y ambientales en la contratación de la Junta de Andalucía. Todos ellos con el fin de sentar unas bases que permitan un ecosistema propicio para el crecimiento económico y empresarial. No obstante, somos conscientes de que estos procesos de planificación y acuerdos suponen en muchas ocasiones una manifestación de deseos compartidos que en ocasiones son difíciles de llevar a efecto, pues la propia dinámica política e institucional a nivel nacional e internacional incorporan elementos que hacen más compleja la efectividad de lo acordado. Contratiempos que no deben hacernos cejar en nuestra misión de mejorar las posibilidades de desarrollo para nuestras empresas. Un desarrollo que puede encontrar su mejor palanca en la industria, pues es un sector fundamental para que nuestra tierra pueda lograr un crecimiento económico equilibrado y sostenible en el futuro, y el que mejor puede responder al drama del paro andaluz. Cuando apostamos por la industria, estamos apostando decididamente por el empleo. Un empleo de calidad y estable, integrado por personas altamente cualificadas, y que cuenta con la ventaja de que no depende de ciclos cortoplacistas de actividad. El sector industrial ocupa a cerca de 280.000 personas en Andalucía, un número de ocupados que se ha incrementado desde el año 2012 en 26.000 personas, es decir, un 11,5% más. Pero la contribución que realiza la actividad industrial a la economía y a la sociedad no se reduce a la riqueza y al empleo generado por sí misma, sino que trasciende al propio sector y va mucho más allá, con un significativo efecto arrastre en toda la cadena de valor regional. Aumentar el atractivo industrial de nuestra comunidad ha sido uno de los mensajes que más he reiterado desde que hace tres años asumí la presidencia de CEA. Y es un planteamiento que, durante la negociación, insistimos en incorporar a la Estrategia Industrial de Andalucía 2020, que marca la agenda para el sector en los próximos años. Por todo ello, nos hemos comprometido a impulsar, desde nuestro ámbito de actuación, el desarrollo del citado Pacto Andaluz por la Industria.

Manuel Bellido: ¿Cómo pueden aprovechar las empresas la nueva Orden de Incentivos para el Desarrollo Energético Sostenible? ¿Cómo se podría complementar esta iniciativa para seguir mejorando nuestro sistema energético nacional y andaluz?

Javier González de Lara: En primer lugar, considero que esta nueva orden de incentivos facilitará que las empresas sean más competitivas y, en consecuencia, proporcionará los cambios necesarios en el consumo energético de nuestras empresas y en nuestros hogares, con el objetivo final de usar mejor la energía y hacerla más sostenible y eficiente. Tampoco hay que olvidar que esta nueva orden de incentivos es una oportunidad para un mayor desarrollo de las actividades industriales y de servicios que conforman el tejido empresarial andaluz auxiliar y complementario en el sector energético. No obstante, creo que hay que añadir a este orden otras iniciativas para mejorar nuestro sistema energético nacional y andaluz. Es decir, tenemos que lograr que nuestras empresas caminen hacia posiciones de liderazgo competitivo, teniendo como referencia el impulso que la Unión Europea ha dado a la transición hacia un modelo energético bajo en carbono. Por tanto, nos quedan algunas asignaturas pendientes que aprobar para optimizar nuestro sistema energético. Para ello, es necesario solventar una serie de cuestiones que afectan a nuestra actividad energética y que pasan por mejorar la seguridad jurídica en el sector; compatibilizar la calidad y la seguridad del suministro energético con la necesaria sostenibilidad del sistema a unos costes competitivos para las empresas; apostar claramente por la formación y la innovación como vectores de desarrollo del sector; así como atender a las necesidades energéticas de los diferentes sectores de actividad y de los futuros desarrollos urbanos, logísticos e industriales que necesita Andalucía y España.

Manuel Bellido: ¿Qué medidas proponen desde la Confederación para mejorar el mercado laboral andaluz durante este año?

Javier González de Lara: Además de lo que ya he señalado, que para mejorar la capacidad de empleo del mercado laboral andaluz hay que aumentar el número de empresas, su tamaño y competitividad, habría que abordar, desde el diálogo, algunas cuestiones como las políticas activas de empleo, la intermediación, los planes del fomento de empleo y un nueva mentalidad ante la empleabilidad, sobre todo entre los jóvenes. Por tanto, hay que reformar las políticas activas de empleo con el consenso de los agentes económicos y sociales más representativos. Y en cuanto al ámbito de la intermediación, debe propiciarse una mayor participación de las agencias privadas de colocación y fomentar la participación de las empresas y de las organizaciones empresariales en las entidades locales. Es necesario, por último, que promovamos lo que se podría llamar “mentalidad startup”, en el que el empuje creador de proyectos empresariales o la cultura de la innovación convierta a los nuevos empresarios en necesarios referentes sociales. Con ello, daríamos una nueva respuesta al desempleo juvenil y una vía de solución para este grave problema.

Manuel Bellido: La CEA considera necesario un proceso de armonización fiscal que elimine los desequilibrios y la competencia entre territorios. ¿Cómo cree que podría lograrse?

Javier González de Lara: Sí, efectivamente, es totalmente necesario. Pero creo que habría que explicar antes cuál es el ecosistema fiscal en que los empresarios y los ciudadanos nos movemos en nuestro país. La realidad es que España tiene uno de los sistemas fiscales con los impuestos más altos de la Zona Euro, pero es también, al mismo tiempo, uno de los países de la región que menos recauda con sus tributos. Esto es así, porque se trata de un régimen fiscal poco eficiente. Frente a esta situación, los empresarios defendemos la existencia de un sistema tributario justo y estable, acompañado de una profunda simplificación normativa. Un modelo que proporcione seguridad jurídica para el desarrollo de las actividades e incida en la eficiencia en el funcionamiento del propio sistema. A la renovación de este sistema fiscal, habría que sumarle también una política de armonización entre todas las comunidades autónomas, que evitaría la actual asimetría fiscal entre territorios, permitiendo reducir los impuestos para mejorar la unidad de mercado y la competitividad de nuestras empresas. Hay que aclarar que con esto último no pretendemos exigirle a las comunidades autónomas, como en alguna ocasión se ha entendido, que debían incrementar sus impuestos, sino al contrario, decirles al conjunto de las mismas que debe existir homogeneidad para que se pueda desarrollar una competencia real y efectiva, que es vital para la actividad empresarial. No podemos competir entre territorios sobre la base de desequilibrios tributarios o normativos que desincentiven la inversión y la permanencia en la actividad empresarial. Y además, poniendo en riesgo la unidad de mercado.

Manuel Bellido: Recién cumplidos los tres años como presidente de la CEA, ¿cómo ve su futuro en la patronal?

Javier González de Lara: Creo que a la hora de plantear el futuro de cualquier organización empresarial no debemos nunca olvidar ni lo que fuimos, ni lo que somos, ni lo que tenemos que ser. Somos agentes económicos y sociales, organizaciones que ostentamos el carácter de más representativas en nuestro ámbito de actuación. Nuestras organizaciones empresariales están constituidas para promover y defender valores que nos son propios. Gestionamos, por tanto, intereses. El marco jurídico reconoce nuestra representatividad, pero para que ese valor legítimo siga teniendo vigencia y permanezca en el tiempo, se hace imprescindible ejercer el liderazgo social. Su ejercicio es una de las tareas más complicadas de ejercer. Constantemente, se ve amenazado por la posible falta de idoneidad de alguna persona que forme parte del colectivo; por la pérdida de confianza o de reputación; y, en general, por multitud de factores que muchas veces escapan de la capacidad de acción de la organización. Desde la Confederación de Empresarios de Andalucía somos conscientes de todo ello, y por eso, en los últimos tres años, hemos hecho un ejercicio amplio y transparente de participación, de diálogo institucional y con la sociedad civil, con una decidida implantación de criterios éticos en nuestra gestión interna y externa. Para preservar nuestro liderazgo, hemos adoptado las necesarias medidas de previsión, incrementando el grado de profesionalización de la organización y de responsabilidad, haciéndola más eficiente. Y, con ello, en definitiva, garantizamos el futuro de nuestra organización no para la permanencia, sino para continuar con la representación y defensa de los intereses de las empresas y de los sectores productivos de Andalucía. Un liderazgo que nos fortalece, desde nuestra unidad organizativa, en la capacidad de interlocución con la sociedad, especialmente, con la Administración de la Junta de Andalucía y con el Parlamento Andaluz. Hoy día, la CEA gestiona legítimamente los intereses de sus más de 170.000 empresas andaluzas miembro, siendo con toda certeza la patronal española más representativa en número total de afiliados.

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