“Sin una estrategia de innovación, el éxito tiene fecha de caducidad”

 Fabián Varas Sánchez, Director Técnico de Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA)

Manuel Bellido: Acabamos de conocer que España ha caído en el ranking europeo de innovación (Innovation Union Scoreboard 2015) y se sitúa por detrás de países como Portugal o Malta. ¿Cuál es nuestro error? ¿Por qué nos está costando tanto desarrollar un sistema sólido de innovación?

Fabián Varas Sánchez: La verdad es que estos resultados son ciertamente desalentadores: el puesto 19 entre los 28 miembros de la UE, dos posiciones menos que el año anterior, empeoramiento constante desde 2012, niveles inferiores a los de 2007 y la mayor bajada en los índices junto con Rumanía. Como se demuestra en el caso español, crear, y sobre todo consolidar un marco adecuado para la innovación, es algo complejo que requiere muchos años y esfuerzos y, por ello, exige de una apuesta firme y duradera. Si bien mejorable, España cuenta con una capacitación humana adecuada y unos indicadores relacionados, mayoritariamente, con el ámbito público, aceptables. Sin embargo, los niveles de emprendimiento, gasto empresarial en I+D y protección de conocimiento distan mucho de lo deseable, incluso según los resultados, con tasas de crecimiento negativas. Desde mi punto de vista, el talón de Aquiles español es la escasa inversión privada en I+D. Una economía dinámica y apuntalada en productos innovadores resultado de una apuesta por la I+D tendría un claro reflejo en el resto de indicadores y permitiría a nuestro país enfrentarse a situaciones de crisis como la vivida recientemente con un menor impacto en la población y la economía. Esto ya es difícil de decir, pero aún es mucho más complicado de conseguir. Hay que mantener planes de mejora de la competitividad empresarial, acercar los intereses de los  investigadores públicos y privados, implementar una verdadera política de especialización inteligente, inculcar la bondad del I+D y no la subvención, entre otras muchas cosas.

Manuel Bellido: ¿Qué distingue a los países con mayor esfuerzo en I+D como Israel, Japón, EE.UU., Suecia o Finlandia?

Fabián Varas Sánchez: Cada uno de estos países cuenta con características diferenciales relevantes que, en parte, justifican su capacidad tecnológica. Por ejemplo, Finlandia tiene uno de los mejores sistemas educativos del mundo, Israel cuenta con una de las mayores proporciones de ingenieros entre su población y una política sostenida de creación de start ups tecnológicas y, por su parte, EE.UU. es, quizás, además de una economía altamente competitiva y flexible, el país con mayor capacidad de atracción de talentos extranjeros. Además de características diferenciales como las mencionadas, les une su apuesta estratégica por la ciencia y educación y por la transferencia de conocimiento a las empresas, apoyada en una alta inversión privada en I+D por parte de un tejido empresarial basado en servicios innovadores y competitivos.

Manuel Bellido: ¿Qué cree que frena a las empresas andaluzas a la hora de apostar en firme por la I+D+i?

Fabián Varas Sánchez: No puede indicarse un único freno, sino que más bien creo que hay un compendio de razones sobre la mesa. Por un lado la baja capacidad de inversión, ya que se trabaja con horizontes cortos y pocas vistas a futuro. En muchos casos, hay una continua sensación de supervivencia y, si se sobrevive, ya veremos. Muchas apuestas son cortoplacistas y motivadas más por el interés de captar incentivos que por el de definir los pilares de la competitividad futura. Las empresas andaluzas deberían superar esa eterna sensación de supervivencia y planificar a medio y largo plazo. Otra causa es el reducido número de empresas orientadas a productos, ya que hay una mayoría de empresas de servicios donde, salvo excepciones, se tiende a competir en precio. Por otra parte, un gran freno es la relativa situación de confort de las empresas que, en muchos casos, no son conscientes de la necesidad de incrementar su competitividad. Muchas se conforman con el mercado nacional/regional de sustento y muestran escaso o nulo interés en la internacionalización, que requiere otros niveles de competitividad y productos o servicios diferenciales.

Manuel Bellido: ¿Qué le diría a un empresario con éxito que está convencido de que no necesita destinar recursos a innovar?

Fabián Varas Sánchez: ¡Me cuesta mucho creer que haya algún empresario de éxito que no innove! Es un error creer que la innovación es sólo I+D o tecnología. Hoy en día, diferenciarse y ser competitivo sólo se consigue innovando en el sentido más amplio de la palabra. Pero además, en algunos casos, alcanzar o mantener esa competitividad sólo puede conseguirse apoyándose en innovaciones tecnológicas y nuevos conocimientos. De lo contrario, se corre el riesgo de que nos copien e incluso mejoren y desaparezcamos del mapa en un breve espacio de tiempo. Sin una estrategia adecuada de innovación, el éxito tiene fecha de caducidad.

Manuel Bellido: ¿De qué manera ayuda a las empresas CTA para abordar con éxito una estrategia de I+D+i?

Fabián Varas Sánchez: En CTA siempre decimos que la primera fase es la del lenguaje. Por desgracia, el término innovación tiene acepciones muy amplias que, en ocasiones, dificultan tener claro que se está hablando de lo mismo. Una estrategia de I+D+i se sustenta en el desarrollo o uso de tecnología para nuevos productos o servicios, no sólo en hacer las cosas de una forma diferente. Una vez que trabajamos sobre los mismos conceptos, nos centramos en trabajar al alrededor de proyectos concretos. Creemos más adecuado construir desde acciones concretas y, a partir de ahí, crecer hacia las estrategias. En ese sentido, apoyamos a nuestras empresas en múltiples aspectos:

– Identificación de necesidades de innovación, alcance y diseño funcional de proyectos

– Búsqueda de capacidades complementarias y selección de socios, tanto empresariales como grupos de investigación.

– Alineamiento de proyectos con entornos de oportunidad regional, nacional y europea y asesoramiento en las posibles vías de apoyo financiero al proyecto.

– Asesoramiento en la preparación de propuestas a los diferentes mecanismos de financiación.

Con estos elementos y otros (como apoyo y formación en gestión de la I+D+i, la generación de la propiedad intelectual o el asesoramiento en deducciones fiscales a la I+D+i) trabajamos en una planificación estratégica de la I+D+i adecuada para cada empresa.

Manuel Bellido: ¿Qué sectores están siendo más activos en innovación y por qué?

Fabián Varas Sánchez: No es de extrañar que los sectores con mayor actividad innovadora en CTA sean los más tecnificados y que cuentan con mayor masa crítica en la región como el sector energético, el TIC o el de los procesos productivos. El reto está en elevar la actividad de sectores más tradicionales como el agroalimentario, el de edificación y obra civil o el turismo, o que requieren de un mayor tiempo de maduración de los proyectos como el biotecnológico.

Manuel Bellido: ¿Qué áreas de innovación cree que pueden tener mayores oportunidades para generar nuevos negocios en el futuro próximo?

Fabián Varas Sánchez: Si lo supiera con seguridad, no se lo diría e invertiría todo mi dinero (se ríe). Es una de las preguntas constantes y la razón de que grandes empresas cuenten con puestos de futurólogos. En España no existe esa costumbre y reducimos su alcance a labores de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva para intentar prever los cambios tecnológicos y de mercado. Estas labores que, por cierto, también ofrecemos desde CTA como servicios, nos han llevado a considerar que existen una serie de áreas con alto potencial de movilizar actividad tecnológica de negocio, con diferentes horizontes e impactos: los servicios de conocimiento, las neurociencias aplicadas, la bioeconomía, la transformación radical de la agricultura mediante TIC o las infraestructuras inteligentes son algunas de ellas, pero explicar las oportunidades que plantean cada una de ellas da para varias entrevistas.

Manuel Bellido: ¿Qué oportunidad supone H2020 para las empresas andaluzas?

Fabián Varas Sánchez: El Programa H2020 suele considerarse interesante por su importante financiación, en estos momentos más abundante y atractiva que los programas nacionales/regionales. Sin embargo, si bien no al alcance de cualquier empresa en un principio, supone además una oportunidad mucho mayor que su financiación. La participación supone conseguir un nivel de excelencia competitiva a nivel tecnológico, una relación con los mejores en su ámbito e incluso una oportunidad de abrir mercados internacionales y conocer partners de confianza.

Manuel Bellido: ¿Qué retos se marca CTA a medio plazo?

Fabián Varas Sánchez: Primero, por ser nuestro origen y además seguir estando plenamente vigente, nuestro reto es consolidar un modelo fundacional de apoyo a la I+D+i empresarial. Tras casi 10 años desde nuestra creación, con más de 530 proyectos financiados y más de 400 millones de euros movilizados en I+D+i , hemos alcanzado grandes logros, pero en Andalucía aún queda mucho esfuerzo para alcanzar los niveles deseados de transferencia de tecnología, colaboración estable entre el sistema público y el privado e inversión empresarial a largo plazo en I+D. Queremos incrementar el número de empresas miembros de CTA para conseguir una masa crítica que traslade al conjunto del sistema productivo nuestro modelo de planificación estratégica de la I+D+i. Por otra parte, abordamos como un reto apasionante la prestación de servicios de valor añadido cerrando el círculo virtuoso de la innovación. Así, atendemos necesidades de las empresas, universidades y otros agentes del sistema de innovación en su necesidad de  trasladar sus resultados de I+D+i a resultados económicos en las empresas. Para ello, estamos desarrollando una estrategia de apoyo a empresas y otras entidades con énfasis en la valoración de sus tecnologías, identificación de mercados objetivo, compra pública innovadora, internacionalización basada en tecnología, etc.

Manuel Bellido: ¿Qué papel juegan las start-ups y universidades en el futuro de la innovación?

Fabián Varas Sánchez: No es diferente a las cadenas de valor que existen en todos los sectores económicos: la pluralidad y la calidad de cada uno de los elementos redunda en la salud del conjunto. Las Universidades son el centro de generación de conocimiento, los centros de innovación y tecnología los transformadores de conocimiento en tecnología aplicable, las empresas las receptoras de las tecnologías para convertirlas en productos y servicios y los inversores los que aportan el capital que permite que la rueda siga girando. En esta visión lineal de la innovación como sector económico, las entidades más transgresoras son las start-ups, que cubren los huecos de mercado no abordados inicialmente por las empresas, y las spin-offs, que definen nuevas aplicaciones para las tecnologías. Todos ellos son elementos fundamentales para la innovación, no para su futuro, sino para su presente; Son elementos inherentes a esta aventura de la innovación tecnológica.

Manuel Bellido

 

Perfil

Fabián Varas Sánchez

(si bien nacido en Salamanca de sentimiento mallorquín, 39 años). Ingeniero Superior de Telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Cataluña y Máster en Gestión de la Innovación por La Salle International Graduate School, es, desde enero de 2015, Director Técnico de CTA. Anteriormente, fue Responsable Técnico del sector TIC en CTA, donde ha sido evaluador y asesor de proyectos de I+D+i. Previamente, inició su carrera laboral en BT en el Reino Unido convirtiéndose en experto en tecnologías inalámbricas y gestión de espectro radioeléctrico. Cuenta con 15 años de experiencia en la ejecución y gestión de proyectos empresariales de I+D+i.

 

por @mbellido

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