El año que comienza será testigo de virtudes y de miserias. La ciudadanía que ha concurrido a las urnas, ha dejado el futuro próximo del país en manos de los egoísmos o de la generosidad de los líderes políticos. PP, PSOE, CIUDADANOS y PODEMOS van a mostrar en los próximas semanas la calidad democrática y la altura de miras de sus dirigentes.  Ahora la ciudadanía responsable se debate entre la frustración y la esperanza. España se ha despertado hoy dividida entre quienes piensan que tenemos un Parlamento saludable y quienes constatan que así es ingobernable. Los partidos, sobre todo los cuatros primeros, han venido expresando desde la campaña electoral dinámicas virtuosas o destructivas, dando origen a un poder actual, que se administrará desde sus resultados electorales,  que puede ser utilizado para el bien o para el mal, puede elevar al conjunto de la sociedad o entregarla a sus propios fantasmas.  El PSOE de Pedro Sanchez es el que está dando más señales de anteponer sus intereses a los intereses de España. Con su radicalidad y su alejamiento del centro, no solo ha logrado dividir al partido, sino que además ha dado oxígeno a PODEMOS para cederle antes o después la posición de primer partido de la oposición. Si Zapatero ya inició el deterioro del PSOE, Pedro Sánchez lo ha posicionado para que ruede cuesta abajo, hasta lograr su desaparición o en el mejor de los casos convertirlo, como sucede en otras partes de Europa, en fuerza marginal. Sin embargo, Pedro Sánchez presume de resultados, mientras que socialistas sensatos como Corcuera y Leguina, totalmente escandalizados siguen repitiendo a los largo del día que  «Sólo los tarados pueden estar satisfechos».  La única esperanza es que lo antes posible Susana Díaz se haga con las riendas del partido y comience a  influir en la opinión pública, construyendo un discurso coherente centrado. El actual equipo de Pedro Sánchez ha demostrado no saber hacerlo.

Muchos socialistas me han dicho hoy que el gran problema del PSOE hoy se llama Pedro Sanchez. Esa tumba en la que hay muchas posibilidades de que caiga el partido la ha cavado el mismo Sánchez y su equipo y da la sensación, que antes de desinflarse Pablo Iglesias, hará de sepulturero.

Por este motivo y por otros egocentrismos partidistas, España es la víctima. Los españoles de bien están pidiendo a gritos el sensato  compromiso de los partidos, para la construcción de una España unida y fuerte  y el diseño de verdaderas políticas de Estado.

Entre la frustración y la esperanza, soñamos con un milagro.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com