Las elecciones europeas están a la vuelta de la esquina y es necesario pensar cuidadosamente acerca de la naturaleza del voto que emitiremos. Está vez más que nunca se impone que votemos en conciencia y con razones, no dejándonos engañar por frases “mitineras” ni por cortinas de humos. Es un esfuerzo que merece la pena hacer, aunque el clima generalizado de desconfianza hacia cierta clase política nos quiera seducir a la abstención. Del Parlamento Europeo en Estrasburgo salen las medidas e iniciativas que más peso tienen en la vida económica nacional. Muchos son los temas en juego que condicionaran de una manera u otra el futuro de nuestra democracia: el trabajo la familia, la educación, la vida, la inmigración, las pautas de desarrollo y bienestar social, temas que han adquirido una dimensión global en Europa y que por tanto serán cuestiones que atravesaran las fronteras nacionales para debatirse en las instituciones europeas. En este sentido, es importante recordar que todos los ámbitos de las políticas socioeconómicas se han de sustentar en un profundo respeto a la dignidad humana. Esa es la política que tenemos que reivindicar en Europa y que tiene como principales pilares la estabilidad económica y la creación de empleo. La política social es aquella que trabaja para que la mayor parte de gente posible viva bien y tenga un trabajo digno. Por tanto tendremos que distinguir entre tantas promesas aquellas que realmente están fundamentadas con sensatez y aquellas brillantes pero demagógicas.  De eslóganes y demagogia estamos los españoles hasta el gorro. Lo que está en juego es el futuro y para conquistar el futuro hay que aprender del pasado. Es fundamental que todos vayamos a las urnas con una conciencia razonada para seguir construyendo el proyecto de unidad europeo. Todos tenemos demasiado que perder si el proyecto europeo no llega a puerto.
Alguien en la redacción me ha recordado esta mañana las palabras de Karol Wojtyła pronunciadas en 1982 en Santiago de Compostela. Es una llamada de atención que no tendríamos que olvidar a la hora de votar: “Desde Santiago, te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes. Reconstruye tu unidad espiritual, en un clima de pleno respeto a las otras religiones y a las genuinas libertades”.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com