Mi padre solía repetir que el saber no ocupa lugar. Aquella frase adelantaba los nuevos tiempos, los avances tecnológicos siguen su curso a pasos agigantados y hoy no somos nadie sin nuestro PC. Tenemos entre manos una herramienta de incalculable valor. Precisamente esa pequeña caja conectada a la red se ha convertido en una magnífica biblioteca, un excelente archivo y un museo siempre abierto que apenas ocupa lugar físico. Afortunadamente, en todos los ámbitos y a nivel mundial se consolida una tendencia a recuperar archivos documentales, memorias institucionales, novelas, tratados y todo lo que esté impreso o fotografiado, digitalizándolo y poniéndolo a disposición del mundo a través de la Red.
Además, estos tres pilares de la sociedad del conocimiento, bibliotecas, archivos y museos, están encontrando una interacción virtual constante que fomenta de forma conjunta la capacidad de reflexión, documentación y conocimiento de aspectos determinantes de las ciencias y las letras. Es verdad que ciertos textos microfilmados o digitalizados tienen el acceso limitado en determinadas web y se abren solo a investigadores acreditados, pero, en líneas generales, el volumen de información al alcance de la ciudadanía es ya muy consistente y muy superior al que podíamos alcanzar con los medios tradicionales. Las bibliotecas, los archivos y los museos son la memoria de los países. Una memoria que a veces viene manipulada socialmente y políticamente en el tiempo. Por ello es fundamental que esos templos del saber abran sus puertas de par en par y que sus tesoros se pongan al alcance de todos.
Siempre he pensado que el grosor de los catálogos de las bibliotecas municipales son un índice del valor que los políticos dan a la cultura. Muchos y buenos libros, conservados en buen estado y bien protegidos, espacios de lecturas y salas abiertas en horarios para todos indican que la formación de esos dirigentes políticos y sus propósitos de servicio al bien común son aceptable.
Decía que Internet es ya una magnifica fuente de información. Basta escribir en la página de Google un argumento y encontraremos millones de páginas con infinidad de respuestas. Pero es necesario aprender a elegir para no llegar al extremo de aceptar la primera información que aparezca y, mecánicamente, poner en práctica el tan manido copiar/pegar. En los Colegios, Institutos y Universidades los educadores tendrán que esforzarse en formar individuos pensantes, críticos e independientes para que en sus pantallas de ordenador puedan reconocer la fuente más veraz. Los profesores no pueden pedir simplemente investigaciones sin enseñar cómo realizarlas.
¡Pero ojo! Internet puede también desinformar y maleducar. Solo enseñado su uso adecuado podrá contribuir a crear en el individuo habilidades, conocimientos, actitudes y valores. Lo que nunca podrá conseguir es sustituir a los buenos maestros. La educación de persona a persona es la única capaz de producir cambios positivos sustanciales en los individuos, no solo intelectuales sino también y emocionales, los necesarios para ser capaces de sentarse delante de la pantalla del ordenador, separar el trigo de la paja y reconocer la plata y el oro.

por @mbellido

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