Cuando todo lo que podía fallar, falla, queda la esperanza. No es un tópico, es una realidad. A veces mientras se intenta comprender “en qué fallé”, “porqué ha fallado” o se intenta encontrar indicios de lo inevitable, se enciende una lamparilla o se escucha una voz interior que nos revela que se cierra una puerta pero que se puede abrir una ventana. Aparece la esperanza. Es como si recibiéramos de alguien una mirada piadosa, hasta diríamos afectuosa que nos inspira confianza y nos empuja a seguir adelante.
En la vida nada parece ser asfixiante hasta que llega. Está pasando con la crisis económica. Encuentro a diario personas con graves problemas económicos. Estas dificultades surgen porque las necesidades humanas son en la práctica las que son y no se puede prescindir de todas, mientras que los recursos económicos son limitados.
Una empresa andaluza que estaba funcionando, produciendo, exportando y creando empleo en el sector conservero, está al punto de quebrar porque el banco no le dan una línea de crédito y ellos no pueden comprar la materia prima y no pueden atender los pedidos. Como dirían los chavales de mi barrio, este es un caso para alucinar a colores. La vida misma. La Caja de Ahorros en cuestión que se ha fusionado porque ya tenía dificultades para sobrevivir está de nuevo en graves dificultades y los Organismos Financieros superiores le imponen recortes y tijeretazos de proporciones enormes. Un efecto dominó que va arrollando a muchas personas y empresas.
Casos como este me producen tristeza, dolor y desanimo. Muchas veces la sensibilidad nos lleva a asumir los conflictos de los otros, aunque no podamos involucrarnos completamente, dado que la angustia es demasiado grande y aún mayor la incapacidad por ponerles remedio. Ante la situación que estamos atravesando no quiero arrojar la toalla de la esperanza y me grito y grito a los demás: ¡Animo!
“La esperanza hace que agite el naufrago sus brazos en medio de las aguas, aún cuando no vea tierra por ningún lado”. Ovidio con este pensamiento nos transmitía que nunca es vano luchar si en el empeño ponemos coraje y esperanza. Sigamos luchando, inventando, innovando con constancia y perseverancia para salir de este agujero y reflotar de nuevo la nave de nuestra economía.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com