¿Os acordáis cuando los enormes Saturno V usados por el programa Apolo despegaban con su gran estela de fuego hacia las estrellas? Dejaban la Tierra poco a poco y se iban perdiendo en la inmensidad dejándonos a todos un sentido de incertidumbre.

A veces en la vida se nos plantea la posibilidad de hacer un “viaje” hacia una nueva meta que nos hemos propuesto o que nos han propuesto.  La decisión supone a veces dejar atrás la seguridad de cosas, sitios, personas o hábitos que conocemos para adentrarnos en algo nuevo. Es una situación que en la mayor parte de los casos nos enfrenta a nuestras fragilidades y límites y si miramos dentro del equipaje que llevamos encontraremos también  una cierta melancolía.

Ese viaje continuo, ese viaje inevitable que es la vida y que presupone cambios internos y externos, a veces nos proporciona la emoción, que probablemente muchos astronautas han probado alguna vez, aplastando  la nariz contra el vidrio de su nave espacial perdiendo su mirada en ese resplandor infinito de centenares de millares de luces que cuelgan en el Universo, quedando maravillados. Cuando se inicia un nuevo viaje no hay que olvidarse de contemplar la novedad del paisaje que nos ofrece el camino.  El asombro jamás tendría que faltar en nuestra mirada.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com