Se acaba de marchar Benedicto XVI después de haber dado alma a la JMJ desarrollada estos últimos cuatro días en Madrid y me quedo con una frase que ha dicho mientras se despedía en Barajas: “España es una gran nación, que en una convivencia sanamente abierta, plural y respetuosa, sabe y puede progresar sin renunciar a su alma profundamente religiosa y católica
España ha vivido estos días una fiesta, la “fiesta de la fe” y ha dejado, no solo en los jóvenes, sino en el animo de muchos miles de españoles una certeza y una esperanza que permite mirar al horizonte con algo más de optimismo. La izquierda más radical ha vivido estos días con envidia y rabia. Los rostros de los “indignados” y los de la marcha laicista denotaban tristeza y rencor. Mientras los jóvenes peregrinos infundían vivencias, alegría y ganas de vivir, los “fieles” de ZP y del “perroflautismo miliciano” infundían desconfianza. Este modo de hacer no es ejemplarizante porque está lleno de analfabetismo, de ignorancia y de blasfemia barata. Reclaman educación y no serian capaces de estar dos días seguidos en los bancos de la una escuela, reclaman democracia y en realidad lo que anhelan es la vuelta a la dictadura de izquierdas más radical, piden libertad y no son capaces de respetar una idea diferente a las suyas. Se han tenido que inventar la historieta del «guerrillero antifascista», para tener cinco minutos de gloria mediática. Los casi dos millones de jóvenes de la JMJ han dado una imagen ejemplarizante y han recogido de las manos del único líder mundial que existe en la actualidad el compromiso de llevar a todos los rincones del mundo un mensaje de esperanza y la convicción de que es posible construir un mundo más justo, pacífico, solidario, sostenible y unido. Ejemplarizante testimonio, ya que lo han hecho desde el respeto a la libertad y a la dignidad de la persona. Añadía en su saludo final Benedicto XVI que «ese mundo mejor, desde el respeto requiere del esfuerzo, diálogo, entendimiento y de la cooperación de todos para asegurar la concordia y para superar crisis y desafíos» Para las huestes “perroflautistas” que desde su política radical y revanchista ha alimentado ZP en estos años, todo esto es chino. Está claro, «el futuro solo será mejor si situamos los intereses generales por encima de las egoísmos particulares, si pensamos más en lo que debemos hacer por los demás, que en lo que podemos conseguir para nosotros» Se necesita que todos vayamos a favor, no en contra, se necesita construir, no destruir. España necesita ejemplaridad como la que hemos tenido estos día. Los políticos tendrían que aprender y ser los primeros en poner manos a la obra.

por @mbellido

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