La diplomacia sosegada del nuevo Papa

Con la elección del nuevo Papa, ha nacido una corriente nueva de simpatía entre la Iglesia y la gente. Aparentemente, hasta ahora, la presencia de Francisco ha sido mínima en la escena internacional, ocupada en estos tiempos  en cuestiones de recesión económica o de conflictos sangrientos como los de Siria. Sin embargo en la “geopolítica internacional del espíritu” se están dando importantes pasos. Precisamente e estos últimos días ha llegado a Roma el papa Tawadros II, cabeza de la principal iglesia del mundo árabe, con cerca de 8 millones de fieles. Elegido hace algunos meses tuvo que afrontar innumerables dificultades y agresiones por parte de los Hermanos Musulmanes del presidente Mohamed Morsi.  Tawadros ha reaccionado con fortaleza formando y reuniendo un consejo de las iglesias de Egipto. Su primera visita al extranjero ha tenido como meta el Vaticano, una elección que contrasta con la tendencia de su antecesor el papa Shenouda III, reconstructor de la vida de la iglesia copta pero con un recorrido muy de espaldas a la Iglesia de Roma, actitud que subrayó en muchas ocasiones, como en la visita que papa Wojtyla realizó en Egipto al que mostró públicamente una gran frialdad. Hacía más de 40 años que un patriarca copto no iba al Vaticano. Francisco ha comprendido enseguida la importancia de la visita para el Ecumenismo citando en su discurso a San Pablo: “Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él” El mensaje es claro: a pesar de algunas diferencias, todos los cristianos son un solo cuerpo y en consecuencia tienen que sentir y actuar con el mismo espíritu. A raíz de la visita el patriarca ha propuesto que el 10 de mayo sea la fecha para celebrar cada año la fiesta del amor fraterno entre coptos y católicos. La diplomacia ecuménica de Papa Francisco se está desarrollando en estos primeros meses en el mediterráneo árabe, donde los cristianos están sufriendo especialmente. Desde hace más de veinte días dos obispos de Aleppo en Siria, el ortodoxo Paul Yagizi y el  sirio Mar Gregorios,  están en manos de un grupo desconocido de combatientes sirios y no se tienen  noticias de ellos. Estas pequeñas iglesias de Oriente Próximo viven una situación muy delicada por la fragmentación de los grupos rebeldes, la opacidad del poder y la falta de un verdadero interés internacional. . Papa Bergoglio rompió el dramático silencio sobre los hechos e hizo recientemente un llamamiento exigiendo la liberación de los dos obispos. Los cristianos de la zona sufren en Siria e Irak, tienen grandes dificultades en Egipto, mientras que en Líbano  se enfrentan diariamente a las mareas de refugiados musulmanes sirios que están poniendo a prueba el equilibrio de la zona. En estos momentos el Papa está induciendo un acercamiento  entre las iglesias árabes y la Santa Sede. En el pasado se había acentuado la hegemonía (antiromana) de los coptos. Hoy Tawadros se ha convertido en el gran interlocutor de Francisco. Sería un error subestimar la acción diplomática del Papa atribuyéndole una acción pastoral circunscrita solamente al interno del catolicismo y ajena al resto.  Francisco desde el primer instante del papado invitó a la catolicidad a abandonar recintos y acercarse a los demás.  Otro frente que también se va abriendo es la relación entre la Iglesia y China. Estas relaciones  entre China y el Vaticano tienen una larga y compleja historia de más de medio siglo y recientemente no han pasado precisamente por  buenos momentos. La reciente visita del patriarca ruso Kirill primer líder religioso recibido por las autoridades chinas desde 1949 es ya un buen punto de inflexión. Xi Jinping, lo saludó a su llegada como un constructor de la amistad entre Rusia y China, centrando su discurso en el papel positivo de las religiones para construir una «sociedad armoniosa». Esto puede significar un buen precedente para la diplomacia sosegada de Papa Francisco. Un papa que nos regalará probablemente muchísimas buenas sorpresas. Su estilo se parece mucho al de Juan XXIII, un papa que con su modo de hacer dio un gran impulso a la diplomacia vaticana y al avance de la unidad universal.