Tres palabras pueden servirnos de talismán para sacarnos de esta crisis que nos conduce por un túnel interminablemente oscuro donde aún no vemos la luz al otro lado: dimensión, innovación e internacionalización. Como en una pócima mágica habría que mezclarlas para que dieran vida a una realidad que pudiera levantar a las empresas y al país para volver a crecer. El aumento de la población activa, el paro estructural y la destrucción de empleo son los tres factores que convergen en la formación de esa penosa lista de cinco millones doscientas mil personas sin trabajo en España, que tenderá a aumentar si la Eurozona no unifica criterios, vuelve a ofrecer credibilidad al mundo y aquí el Gobierno no hace los deberes con sensatez. Solo las medidas de ajuste y la austeridad no lograrán sacarnos de la crisis ni crear empleo. Las empresas por su parte tendrán que armarse de optimismo e ingenio y poner en marcha una estrategia que contenga esos tres elementos.
Para ser competitivos se necesita invertir en logística, marketing, capital humano, talento, comunicación, publicidad… Todo eso no se puede llevar a cabo sin una dimensión adecuada de la empresa. Esta mayor dimensión se puede obtener abriendo el accionariado a nuevos socios, aumentando el capital o consiguiendo fusiones o integración con otras empresas. En cuanto a la innovación hay que decir que es sin duda un camino obligatorio en los tiempos que corren, la única manera de crear nuevos procesos y productos que aumenten la cuota de mercado y los ingresos. El tercer elemento es el que empuja a expandir la actividad empresarial y los negocios fuera de las propias fronteras, la internacionalización, no solo para encontrar producción más barata o nuevos clientes sino también para intentar incorporar al modo de hacer el espíritu de otras culturas y otras maneras de afrontar el mercado.
En este 2012 que hemos apenas inaugurado y con once meses por delante, que serán muy probablemente cuesta arriba, convendría profundizar en uno de estos tres elementos que sin duda pueden abrir puertas a los otros dos. Me refiero a innovar, ese ejercicio que “distingue al líder de sus seguidores” y, que en este caso, se haría también a través del uso de los avances tecnológicos e incorporando a nuestra empresa nuevas herramientas de comunicación. Todo está cambiando e Internet dirige este cambio. Decía el sociólogo Manuel Castells que «Internet es mucho más que una tecnología. Es un medio de comunicación, de interacción y de organización social». El mundo, en estos tiempos, se está conformando en Internet y en las redes sociales. Existen al menos 200 redes sociales: más de 106 millones de personas están en twitter, mientras que los usuarios de Facebook son más de 800 millones.
Los correos electrónicos serán, en breve, prehistoria. Surgen en la escena los «social network» para enredarnos con el resto del mundo y permitirnos una comunicación instantánea. Y no será éste el único cambio que tendremos que asumir. Todos nuestros «amigos en red», clientes y proveedores sabrán dónde estamos en cada momento gracias a los Lbs. Los «Location based service» es un servicio basado en la localización de personas, gracias al cual nuestros amigos en red sabrán dónde situarnos. La transformación tecnológica de los móviles, que de ser meros teléfonos, se han ido convirtiendo en ordenadores portátiles, Smartphone, tablet y netbook nos permiten estar conectados con el mundo virtual todo el día y desde cualquier lugar. Vivimos en red.
En esta edición hemos querido contar con la opinión de representantes del Sistema Ciencia, Universidad, Tecnología y Empresa, sobre la Sociedad del Conocimiento y los valores que deben sostener el nuevo escenario científico-tecnológico, abierto y universal, vertebrado por ese sistema nervioso cuyo embrión es Internet.
Si no pensamos en el futuro será difícil que lo obtengamos. Es hora de ponerse ya manos a la obra. «El pez grande ya no se come al pequeño. Ahora es el rápido el que se come al lento».