Hemos llegado al 11 de septiembre, esa fecha tan sabiamente utilizada en los últimos años por algunos políticos para envenenar y dividir a los catalanes entre buenos y malos. A estas horas centenares de miles de personas casi uniformadas, llenan la Meridiana de Barcelona. Esa manifestación conocida como la Diada, ya no es una fiesta, es un desafío institucional, y ahora que empieza la campaña electoral camino del 27-S, han convertido este día en una manifestación de supuesto valor plebiscitario de cara a eso que ellos pretenden que sea una especie de referéndum.
Sigo a través de los compañeros periodistas que cubren en Barcelona estos actos la crónica y se me pone el pelo de punta escuchando algunos discursos y mensajes políticos lanzados por los compañeros de viajes de Artur Mas. Sinceramente tengo que decir que muchas de las cosas que oigo, creo que contravienen la legalidad, porque claramente son incitaciones a la desobediencia civil.
Es una pena la imagen que de Cataluña estos políticos están dando al mundo entero. Una imagen oscura y egoísta, ocultando el verdadero rostro de esta región española que siempre ha sido abierta y plural.
Estos políticos y sus intereses personales han ido empobreciendo una tierra que siempre ha mostrado la mejor cara del emprendimiento gracias a personas de diferentes orígenes, intereses y sentimientos que han trabajado para progresar y desarrollar ese rincón maravilloso de España.
Mas y sus compadres llevan mucho tiempo llevando a cabo actuaciones de muy baja calidad democrática, y lo más sorprendente, es ver como muchos catalanes se tragan todo lo que esta gente les cuenta, sin confrontar ni una sola de las mentiras que producen. ¿Se puede realmente disfrutar por conseguir que Cataluña salga un día de España y de la Unión Europea con el consecuente empobrecimiento que eso conlleva? El egoísmo de Artur Mas ha llevado ya a romper el marco de convivencia de esa tierra. Esa irresponsabilidad política que va en contra de la recuperación económica es la más clara demostración que la gente que forma parte de la coalición electoral “Junts pel Sí”, es decir, los dirigentes de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Demòcrates de Catalunya y Moviment d’Esquerres, no tienen ningún aprecio ni amor por su tierra. Creo que esta gente, se ama a sí mismo, busca perpetuarse en el poder, aunque sea a costa de la desgracia ajena. No tienen un programa para el desarrollo de Cataluña ni la capacidad para hacerlo. La prueba es que la economía catalana ha ido empeorando a pasos agigantados desde que manejan los hilos del poder. Con razón el presidente de Naturhouse ha dicho ayer que: «Si salimos de España no quedará más remedio que salir de Cataluña” y «no es verdad que el 10% de los empresarios quiera la independencia. Ningún empresario se suicida».
Europa, y así me lo confirman muchos compañeros de otros medios extranjeros corresponsales en España, asiste perpleja a la falta de rigor de los tres cabecillas del independentismo catalán: Mas, Romeva y Junqueras.
Espero y no pierdo la esperanza, que todo esto no acabe mal para todos.
¡Feliz Diada a los que aman de verdad a esa tierra por encima de sus intereses!