Des interviews de l’autre temps

La imaginación, a veces nos lleva, a desear situaciones fuera de la realidad. En este sentido, a veces, se me ha antojado, entrevistar a personajes del pasado. La maquina mental es capaz de imaginar cualquier cosa, así que no ha sido difícil imaginar en mi años juveniles entrevistas con personajes históricos, de ficción, de cuentos, dioses del olimpo, espíritus malignos, ángeles. Hoy encontré una entrevista imaginaria a Paris y Helena de Troya en aquellos días que en el instituto me tocó aprender esa historia.
Imaginaba sentados delante de mi a Aristóteles, Marco Tulio Cicerón, Homero, Alejandro Magno, Blancanieves, la bella durmiente, caperucita roja, Pinocho, Ares, Hermes, Hefesto, Atenea, Apolo, Leviathan, los Gigantes, el mítico can Cerbero , Uriel, Barachiel, Jehudiel, Saeltiel…. Hoy también imaginaria entrevistar a Homer Simpson, Eduardo Manostijeras, Batman o Harry Potter,
Una verdadera gozada sería conocer de primera mano el secreto que guardó el constructor de la primera pirámide, que probó en su alma el primer hombre que baño sus pies en el Ganges, escuchar la experiencia de quien pronunció por primera vez el nombre de Roma, la primera explicación del teorema de Pitágoras, los sueños y ambiciones de Shakespeare, las paradojas que inventó Unamuno y que nunca trascribió, sentir el acento del hombre que escribió el primer evangelio gnóstico, o la del guardián de la biblioteca de Alejandría.
Sería un lujo rescatar del olvido horrores y alegrías de aquellos hombres y mujeres desconocidos que vivieron en la Edad Media, conocer la sensación que probaron aquellos primeros cristianos antes de salir a la arena para ser devorados por los leones, la frustración de los obreros que protagonizaron la primera huelga en Polonia, los verdaderos sentimientos de Scarlett O’Hara y Rhet Butler, los deseos más íntimos de Gustave Flaubert
Uno de los hábitos que cultivé de niño fue la invención de imaginaciones, en las tardes de verano, cuando todos dormían la siesta, yo escribía cuentos. Sería allí que nació en mí el deseo de retroceder en la historia a través del túnel del tiempo de mi imaginación.