Muchas circunstancias en esta crisis no registran antecedentes históricos y, por lo tanto, plantean nuevos y arduos desafíos a la economía, a la política y, en general, a la sociedad. Lo cierto es que todo este cataclismo nos está enseñando que la cultura del “pelotazo” y de la subvención ha pasado a la historia y no se podrá impulsar un nuevo progreso social, económico y político sin sustentarnos en  los sólidos cimientos de cultura del esfuerzo. Tampoco podrán sostenerse desde ahora en adelante economías sanas o Estados con conciencia social sin hábitos y prácticas de cooperación. Tendríamos que ser capaces de iniciar 2013 con un’leitmotiv’claro y aplicable: Cooperar, no competir.

Este debería ser el motor de una nueva economía. Una economía, que a todos los niveles, no se deje esclavizar ni por la sola frialdad de los números, de la prima de riesgo o de la especulación, sino que sepa conjugarse en las formas de los gestos, del diálogo, de la generosidad y de la esperanza. Una economía que esté basada en el “nosotros” y no en la única primacía del interés personal.  Se tratará de redescubrir el verdadero sentido de la cooperación y de su aplicación en todos los campos. En la suma y no en la resta. Cooperar puede ser el antídoto a  esta intoxicación de ambición sin escrúpulos y consumo desmedido que  ha generado la crisis y al empobrecimiento de nuestra existencia.  Cooperar es obrar juntos,  colaborar con otro u otros para un mismo fin. Trabajar con otra u otras personas para lograr un mismo objetivo.  Cooperar es alimentara  nuestra sociedad de progreso de manera equilibrada, es construir relaciones humanas en todos los ámbitos, políticos, económicos y sociales, es construir puentes entre regiones y pueblos. Cooperar es lo contrario de lo que quieren  unos pocos políticos catalanes, presumidos, ensoberbecidos y egoístas que para salvar sus propios intereses envenenan de “ismos” el aire que respira esa región española. Cooperar es basar las relaciones en lazos de confianza y reciprocidad.

Una nueva arquitectura tendrá que componer el horizonte que se abra después de la crisis, que reconcilien economía y valores, individualidades y comunidad, público y privado.  Solo cooperando lograremos un crecimiento cuantitativo y cualitativo

Buenas fechas para que dediquemos algo de nuestro tiempo a reflexionar  más profundamente  en torno a nuestro próximo futuro, a nuestro modo de trabajar y de construir el espacio  social y económico que se nos ha confiado. No sería una mala idea introducir en nuestro vocabulario personal de 2013 la palabra cooperación.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com