Grandes cambios se están produciendo y más grandes cambios se avecinan que afectan y afectaran al mundo empresarial y económico. Y en este momento histórico, se impone un elemento estratégico fundamental que es el conocimiento. La verdadera materia prima de estos cambios no son los recursos sino la capacidad de usarlos. Una capacidad que tienen un nombre como acabo de decir, se llama conocimiento. Este es el verdadero motor del progreso social y económico. La espectacular difusión de las tecnologías de la información y de la comunicación consiente al conocimiento de crear, valorar, administrar y distribuir en menor tiempo y con menores costes sus avances.
Sin embargo el conocimiento no tiene un valor en sí mismo sino en cuanto consigue a través del aprendizaje, obtener la sabiduría necesaria para producir sobre la realidad los efectos deseados y extender sus beneficios a toda la sociedad.
El conocimiento concebido de esa manera permite a un colectivo, empresa, territorio o nación crear su propio futuro de acuerdo con sus expectativas y deseos. Si lo poderes políticos que gobiernan las administraciones regionales, provinciales o locales se ocupasen más de conocimiento potenciando el talento que emana de los emprendedores, el desarrollo económico y social sería impensable. Si no cambian de rumbo algunos ayuntamientos y autonomías la ola de la innovación disruptiva lo conducirá a mas empobrecimiento y a mas paro, condenando a la sociedades al subdesarrollo y al atraso.