Comunicación y tecnificación

Hoy subiendo al autobús he visto que de las 12 personas que viajaban en ese trayecto urbano, solo dos no estaban usando el móvil. Evidentemente no todos hablaban, la mayoría estaba conectada a internet o jugaba. La reflexión que hacía a continuación es que no todas esas personas comunicaban, simplemente estaban conectados digitalmente y más que comunicar muchos se estaban probablemente aislando.   La comunicación es una conquista humana no tecnológica. Los medios como Internet pueden ayudar a acortar las distancias entre los humanos, a dilatar la visión, a percibir el mundo bajo una luz distinta de aquella con la que lo veían nuestros abuelos. Después de muchos siglos estamos comenzando  a entender que ninguna fibra elemental  es enteramente independiente en su crecimiento de las fibras vecinas, la vida  avanza y los seres humanos se van estrechando cada vez más los unos contra los otros a todos los niveles: individual, social… Lo que está pasando en Ucrania, en Siria o en Sudan del Sur en estos momentos son acontecimientos con repercusión planetaria y podemos conocerlo en tiempo real. En un mundo donde exclusión, marginación, pobreza, violencia mezclan causas económicas, políticas ideológicas, los medios abren ventanas para reconocerlas y solidarizarnos con los seres humanos que viven inmersos en esos conflictos. Papa Francisco decía recientemente que internet puede ofrecernos mayores posibilidades de encuentro y de solidaridad entre todos. Por otra parte no hay que olvidar que no todos los habitantes del planeta tienen acceso a estos medios sociales. Lo cierto es que la conexión digital no nos asegura al cien por cien la comunicación con los otros. La palabra comunicar proviene del latín comunicare, que significa “poner en común”. No se trata solo de hablar sino también escuchar, entrar en relación con los demás y ponerse de acuerdo.