Compartir en la Red

Hoy he tenido una interesante conversación con una amiga sobre las redes sociales y en general sobre lo que representan para muchas mujeres esos diarios virtuales  en los cuales se trascriben  sueños, aspiraciones, afectos o problemas y se comparten fotos y momentos de vida repletos de emociones. Las más atrevidas incluso crean un blog en el que cuentan con todo detalle la vida cotidiana  repleta de experiencias de trabajo, de familia, de tiempo libre y de pasiones. No quiero con estas palabras sugeriros de abrir un blog,  sencillamente reproducen impresiones  de la simpática conversación con mi amiga. Para hacerlo hace falta también algo de tiempo.  Se que probablemente ya para leer este post estáis sacrificando unos minutos de vuestro tiempo libre que no será mucho. Lo que quisiera subrayar es que son muchas las mujeres que en Internet  comparten momentos de vida a través de webs y redes sociales; más que los hombres. Basta que naveguéis un poco y os  sorprenderéis de cuantas mujeres comparten online experiencias sobre los hijos, sobre el trabajo, sobre hobby y amistades. La Red está llena de óptimos blog en femenino que tratan sobre muchos aspectos de la vida. No es que pretendan dar recetas, soluciones o consejos infalibles, sin embargo ofrecen un terreno donde confrontarse  o reflexionar juntas.  Lo que más me gusta de estos “sitios” es que no ofrecen teorías sino experiencias de la vida real.  Lo importante es compartir. Compartir, para enriquecerse y avanzar. Hay una frase del escritor argentino Enrique Ernesto Febbraro que siempre me ha gustado y que me sugiere la conclusión de este pensamiento: “Cuando llueve comparto mi paraguas, si no tengo paraguas, comparto la lluvia”.