Necesitamos pensar en la España que queremos y no en la que tenemos. Necesitamos comenzar a construir la España de la próxima generación y no la resultante de una etapa infausta. El futuro de España debe ser imaginado por todos los españoles y sobre todo por los nuevos dirigentes políticos. El gobierno que hemos tenido en estos últimos años no se ha llevado bien con el futuro y se ha volcado sistemáticamente sobre un presente efímero, sin dotarlo de instrumentos de anticipación, que han contentado momentáneamente a minorías pero que no han resuelto.
A menudo los políticos en el poder piensan que trabajar a medio o largo plazo es perder votos, por eso improvisan y ponen parches de cara a la galería, olvidando de establecer procedimientos que necesitan tiempos y raíces y para crear escenarios de progreso más sólidos.
Las prioridades del presente non son contradictorias a los desafíos del futuro.
Crear el futuro no es solo cosa de la clase política, también de la empresarial, religiosa, social, sindical y cultural. Crear el futuro no significa descartar lo bueno edificado por otros, significa sustituir la remembranza inútil de “lo mal que los otros lo hicieron” por la esperanza de que siempre podemos mejorar. Crear el futuro significa detenernos por un instante y analizar aquello que se hizo mal, para no repetir errores.
La sociedad española es merecedora de un futuro mejor y ese futuro tenemos que soñarlo y trabajarlo sorprendente.
El tiempo corre deprisa y conviene anticiparse. Ya no se oye decir que el pez grande se come al chico; ahora todos sabemos que es el rápido el que se come al lento. Las cosas no suceden por azar, los acontecimientos los provocan las voluntades de las personas. Se trata de caminar con la brújula en la mano, sabiendo donde se quiere ir, se trata de caminar hacia un horizonte determinado. Quien camina sin rumbo llega a ninguna parte. Ya decía Séneca que ningún viento es bueno, si no se sabe hacia donde se navega.
“El pesimista se queja del viento, el optimista espera a que cambie, el realista ajusta la vela” William George Ward