Leo a menudo el blog de mi amigo Francisco Rubiales, http://www.votoenblanco.com/, dada su larga y brillante trayectoria como periodista me exime de innecesarias presentaciones. Su último articulo “España: Franco no ha vuelto. Simplemente no se ha ido” me ha hecho reflexionar también sobre la historia pasada y presente de este país que por tantas heridas se desangró en el pasado dictatorial y, por tantas otras, se desangra aún hoy, en un presente supuestamente democrático. Tan malo es recordar como olvidar, decía mi abuela, que además añadía siempre otra frase lapidaria: “que pena da saber: más se sabe, más se sufre”.
En el caso de la Historia, olvidar significa negarnos la posibilidad de razonar, de hacer uso de nuestro pensamiento. Estoy convencido que olvidar puede significar en ciertos casos cerrar puertas al futuro.
En la España de hoy, curiosamente, mucha gente tiende a dejarse impresionar por los eslóganes políticos del presente y no saca ningún provecho de los errores que nos llevaron en otros tiempos a monumentales desastres sociales, económicos y políticos. Por eso, el artículo de Francisco Rubiales nos recuerda oportunamente una verdad histórica que no podemos eludir hoy:
“…el descenso de los derechos sociales de los trabajadores, la corrupción de la «casta» próxima al «régimen», algunos movimientos deplorables e indignos de censura, listas negras de empresas y de ciudadanos a los que el poder margina de concursos y subvenciones por causa de sus ideas, el creciente deseo de libertad en los sectores más cultos de la sociedad, el afán de prohibir que se da en el gobierno nacional y, especialmente, en algunos gobiernos regionales, como el catalán, donde también hay prohibiciones lingüísticas (esta vez del castellano), como en los tiempos del general”.
Es grande el esfuerzo que supone no quedar atrapados por las polarizaciones yéndose a los extremos o escoger el pasotismo como medida de autodefensa. Conservar y transmitir un espíritu critico, de independencia y libertad, es el único compromiso inteligente que puede ayudarnos a despertar a esa parte de la sociedad que vive anestesiada, a esos ciudadanos que siguen votando siglas y no proyectos y se empeñan en seguir sordos, ciegos y mudos ante tanto atropello a la inteligencia y a la dignidad humana, sin querer recordar que a esos mismo hechos un día les llamamos Dictadura. Gracias Paco, tu ética justifica tus palabras. Sigue dando bofetadas democráticas. Esperemos que los españoles demos una muy sonora cuando llegue la hora de las urnas.