Dicen las autoridades sanitarias que hay que beber mucha agua y frecuentemente, protegerse de la exposición directa al sol, evitar los esfuerzos físicos en las horas de más calor y utilizar ropa ligera y transpirable. Las medidas tienen como objetivo evitar ser víctimas del calor de este verano. Por el calor se puede sufrir de mucha manera y no solo físicamente. Los trastornos pueden producirse también a nivel psicológico. Rcuerdo que mi padre, cuando veía dos personas discutir en medio de la calle a pleno soplo, siempre decía: “es el calor”. Ansiedad, nerviosismo, depresión, irritabilidad son probablemente consecuencias de la incomodidad que nos producen las altas temperaturas. A veces el calor nos bloquea, no ncontramos las palabras oportunas en una conversación o no podemos coordinar bien las ideas. Recientemente he leído unas declaraciones del doctor Nicolás García, especialista del Departamento de Medicina Interna de la Clínica Universitaria de Navarra. Afirmaba que «el golpe de calor, típico en la época estival, provoca deterioro del nivel de conciencia, desde somnolencia hasta coma, aunque algunos casos presenten confusión o agitación».
Lo cierto es que el calor propicia malas pasadas. Lo comprobé hace unos días. Conducía hacía la redacción y alguien invadió mi carril y llegó casi a empotrarse con su coche en el mío. Pues bien, en cuestión de media hora allí se presentó la madre, el padre y otras dos personas amigas de quien había provocado el accidente, aparte de los transeúntes que pasaban y que evidentemente querían participar del espectáculo. Aquello se convirtió en una tragicomedia, los nervios alteradísimos, palabras mayores que escapaban de las bocas de esa familia, reacciones nerviosas incontroladas. Afortunadamente acudió la policía local. Al final, cuando finalmente abandoné el escenario, la verdad, un poco estresado, para poder justificar la actuación de esas personas tuve que repetir como mi padre: “es el calor”. Ya Aristóteles decía que: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”. Cuidado con el calor, puede agravar las situaciones más sencillas.

por @mbellido

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