Cada vez que puedo reflexiono sobre el porvenir. Comprendo porque los grandes pensadores han sostenido siempre que el ser humano no puede vivir sin la dimensión del futuro. Pensar al porvenir o proyectar el futuro significa comprender de manera significativa el pasado y situarse en el presente para buscar alternativas nuevas o trabajar intensamente para alcanzar definitivamente lo que siempre hemos soñado. Nuestro futuro es constitutivo de nuestro ser, del ser humano como tal, Cada hombre o mujer se lo plantean no solo como el recorrido de un camino tangible y la consecución de metas, sino como algo que nos pone en contacto con un desenlace trascendental o material a criterio de nuestra fe. Somos parte de una historia, de un siglo y de una cultura que no hemos elegido. Nuestra inscripción en el registro cronológico de la Historia no ha dependido de nosotros y sin embargo hemos asumido todo lo que eso conllevaba. No hemos elegido vivir en la legislatura que Zapatero ha mal gobernado, ni en el año del chivatazo en el bar Faisán. No hemos elegido nacer en la Andalucía de las vergüenzas de los Eres y del tráfico de influencias. No decidimos sufrir la España de los 5 millones de parados. Tampoco elegimos vivir en la época que un T. C. politizado decidía que los etarras entraran en los ayuntamientos.
Hemos asumido como propio todo lo contemporáneo y lo hemos asumido con la misma resignación que hemos hecho con nuestras raíces, nuestros padres o el pasado de nuestro nación, de nuestra ciudad o de nuestro barrio.
Cuando somos jóvenes asumimos pasado y presente como una apasionante tarea a través de nuestra formación. La educación hace que nuestro tiempo se convierta en parte indispensable de nuestro propio vivir y de nuestra subjetividad.
Así, casi sin darnos cuenta nos plantamos cada mañana delante del horizonte, con todo este equipaje y con el deseo de no perdernos como personas, tratando de solventar los dilemas que nuestro tiempo nos presenta.

El futuro no solo es lo que será, es también lo que fue. Creo que todos los futuros se apoyan sobre un pasado que al final termina afectando a nuestras vidas. Todo lo que vivimos termina teniendo consecuencias para nosotros y también para los demás antes o después. A veces la vida se comporta como un círculo que previamente o posteriormente se completa. A veces vivimos algo y recordamos que es fruto de lo que aconteció en nuestro pasado, que vuelve como ese futuro que deseamos un día y que hoy sin embargo es solo presente. Hoy vivo un pasado maravilloso que siempre fue y será futuro. ¿Podemos definir el futuro como lo que fue?

por @mbellido

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